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Desde hace meses, la bajada del río San José ha sido protagonista de un fenómeno natural que transforma la costa de Arica. Su flujo hacia el mar ha enriquecido de arena playas icónicas como La Tortuga, La Puntilla, Chinchorro y Las Machas, expandiendo la franja costera y reforzando su resistencia frente a las marejadas, un problema cada vez más frecuente debido al cambio climático.
Este proceso, que amplía y revitaliza las playas, se convierte en un espectáculo impresionante. Sin embargo, no solo deja beneficios naturales, sino que también saca a la luz un problema ambiental recurrente: la contaminación.
Un ecosistema amenazado por residuos
A pesar de la belleza del fenómeno, cada año, con la bajada del río, llegan toneladas de basura arrastradas desde el valle de Azapa hasta el mar. Plásticos, mangueras de riego, bidones de químicos de la agroindustria y botellas PET de empresas como Coca-Cola e ISM se acumulan en las costas, generando un impacto negativo en el ecosistema.








Esta contaminación no solo afecta la biodiversidad marina, sino que también pone en peligro la sucesión biológica, un proceso natural en el que los organismos recolonizan un área perturbada, ya sea por causas naturales o humanas. Con la presencia de residuos tóxicos y plásticos, la regeneración de la vida en estos espacios se ve gravemente afectada.
¿Qué medidas se han tomado y qué más podemos hacer?
Cada año se organizan limpiezas y campañas de concienciación, pero el problema persiste. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Las acciones actuales han sido realmente efectivas? ¿Qué más podríamos gestionar como comunidad y desde las entidades públicas para lograr un desarrollo sustentable que no afecte los ecosistemas?
Es urgente que se refuercen estrategias como la regulación de residuos de forma continua en el sector agrícola, la fiscalización del manejo de plásticos y la educación ambiental en los valles y la ciudad. Solo con un compromiso real de la sociedad y las autoridades se podrá evitar que este ciclo natural, tan valioso para la costa de Arica, siga siendo opacado por la contaminación.
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