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ARICA. En un claro ejemplo de compromiso con la inclusión y la formación de profesionales con sentido social, la Universidad de Tarapacá (UTA) fue sede de una jornada integral de capacitación y atención gratuita en salud dirigida a personas con discapacidad intelectual. La actividad, realizada en el campus universitario, contó con la participación de estudiantes de las carreras de Kinesiología y Rehabilitación, Psicología, Nutrición y Dietética, y Tecnología Médica con mención en Oftalmología.
La jornada fue organizada por el Programa de Colaboración Académica para la Inclusión (PROCAI) de la Dirección General de Docencia de Pregrado UTA, en colaboración con Olimpiadas Especiales Chile, en el marco de un convenio de trabajo conjunto que busca fortalecer las capacidades de los futuros profesionales para atender de forma integral a esta población.
“Esta actividad se da en el contexto del convenio con Olimpiadas Especiales, que permite que estas atenciones en la región se desarrollen desde la universidad. Esto refuerza el rol de la UTA como un espacio de vinculación con el medio, que abre sus puertas para que personas con discapacidad intelectual puedan ser atendidas en contextos reales por estudiantes en formación”, explicó Pablo Ampuero, coordinador de PROCAI y director clínico del programa de salud mental de Olimpiadas Especiales.
Formación inclusiva desde la experiencia
La jornada no solo consistió en atenciones clínicas, sino también en una etapa previa de capacitación especializada, impartida por Olimpiadas Especiales Chile, enfocada en mejorar las habilidades de comunicación, empatía y trato adecuado con personas con discapacidad intelectual.
“Esta población ha sido históricamente marginada del sistema de salud. Muchos profesionales no saben cómo acercarse, comunicarse o tratarlos. Nuestra labor es entregar herramientas para que los futuros profesionales los incluyan de manera efectiva”, señaló Camila Quintana, coordinadora de salud en Olimpiadas Especiales Chile.
Para los estudiantes, la instancia fue altamente valorada como una oportunidad concreta de aprendizaje significativo. Valentina Garrido, estudiante de tercer año de Kinesiología, destacó que estas experiencias amplían la visión profesional desde una perspectiva más humana:
“Como carrera, nuestra función fue realizar pruebas de flexibilidad, equilibrio, fuerza y capacidad aeróbica a niños y jóvenes con discapacidad. Son experiencias nuevas que nos acercan a otras realidades y nos preparan mejor para el futuro laboral”, comentó.
Un modelo de formación con impacto social
Este tipo de actividades posiciona a la Universidad de Tarapacá como una institución que no solo entrega conocimiento académico, sino que también fomenta el compromiso ético, la inclusión y el trabajo colaborativo con sectores históricamente excluidos. La iniciativa fue ampliamente valorada tanto por los asistentes como por los docentes y voluntarios, consolidando un modelo que promueve la educación superior como agente de cambio social.
La jornada también incluyó una feria de salud y bienestar, en la que las personas con discapacidad intelectual recibieron orientación, atención preventiva y asesoramiento personalizado en diversas áreas, en un entorno seguro, inclusivo y con acompañamiento profesional constante.
La experiencia se proyecta a futuro como una instancia replicable en otras regiones y universidades, permitiendo formar profesionales con preparación técnica, pero también con una sólida vocación por la justicia y equidad en salud.

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